miércoles, 27 de octubre de 2010

HISTORIA DEL FLASH

HISTORIA
 
Los primeros flashes consistían en una cantidad de polvo de magnesio cuya ignición se provocaba manualmente. Su primer uso data de 1864, pero su precio prohibitivo le impidió generalizarse hasta pasada una década. En 1880 se usó la mezcla de polvo de magnesio con un agente oxidante como el clorato potásico. El carácter explosivo del mismo hacía peligroso su uso.
En 1930 los flashes de lámpara o flashes de bombilla sustituyeron al polvo de magnesio. Eran bombillas de un solo uso que encerraban herméticamente un largo filamento de magnesio en una atmósfera de oxígeno. Su ignición se provocaba eléctricamente con el accionamiento del obturador de la cámara. Para evitar que estallasen, la presión del oxígeno de su interior era inferior a 1 atmósfera. Posteriormente, el zirconio sustituyó al magnesio para producir destellos más brillantes. Llegaron a popularizarse agrupaciones de 4 lámparas (el llamado cuboflash) y de unas 10 (el Flipflash).
En la actualidad las unidades de flash electrónico están constituidas por lámparas de xenón. Un flash electrónico contiene un tubo lleno de gas xenón, en el que una descarga eléctrica de alto voltaje genera un arco que emite un destello luminoso con una duración del orden de milésimas de segundo. La mayoría de cámaras destinadas al consumidor los incorporan.
Los LEDs, aunque aún no alcanzan los niveles de potencia para reemplazar a los flashes de xenón de las cámaras de consumo, ya han sido usados en las cámaras de teléfonos móviles.





Cuboflash, sobre una cámara Kodak Instamatic de finales de los años 1960. Permitía sólo 4 usos, rotando 90 grados de forma automática tras cada exposición.
 
 
Imagen sin el uso de flash de relleno (izquierda) y con el mismo (derecha).
 
Iluminación correspondiente a un flash directo (izquierda) y rebotado (derecha))
 
Alexis

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